¡El Tuy es Revolución!
Voz comprometida del Colectivo Editorial VENceremos de los Valles del Tuy, Estado Bolivariano de Miranda.

miércoles, 27 de enero de 2016

En desagravio a Bolívar. Más que un cuadro, es Identidad, es Patria

Por Iván López Calero

Innegable es el hecho de que somos miembros de una patria, es decir ciudadanos de una sociedad o de un país, el cual está enmarcado en un territorio específico, pero no basta saberse habitante de ese espacio geográfico y tenerlo bien definido o demarcado en sus fronteras, sino que además existen un conjunto de elementos, ya sean religiosos, gastronómicos, naturales, ancestrales, musicales, históricos, en fin para resumir, nuestro patrimonio tangible e intangible, que nos hacen o que nos definen como miembros específicos de ese entorno geográfico, sociedad o país, y a esos elementos en conjunto los llamamos identidad o identidad nacional.

Erich Fromm, afamado psicoanalista alemán, en su obra El miedo a la libertad (1941), plantea que, «Tal identidad con la naturaleza, clan, religión otorga seguridad al individuo; este pertenece, está arraigado en una totalidad estructurada dentro de la cual posee un lugar que nadie discute» de allí, que esos elementos de identidad nacional, que nos hacen distintos a otros individuos de otras sociedades, también nos brindan seguridad, pertenencia, certeza del ser, en resumen nos hace pertenecer a esa sociedad o país especifico.

Desde niño aprendí que nuestra música es el Joropo en todas sus expresiones, que pueda gustar a unos y a otros no, eso es relativo, pero al salir de nuestras fronteras y escuchar sonar un arpa llanera o tuyera en otros confines del mundo, nos mueve una fibra que está conectada directamente a esa ancestralidad y a esa identidad nacional, nos define y nos hace diferentes y únicos justo en ese lugar y momento especifico.

Pero en Venezuela el hombre o el personaje que logró este hecho tiene nombre y apellido, y es que él fue quien a través de un duro proceso de guerras, conocido comúnmente como «la Guerra de Independencia» logró justamente sembrar ese sentido de nacionalismo y de patriotismo que hoy nos define y diferencia, que además nos aglutina en torno a concepciones de pensamiento y nos mueve a la lucha por la defensa de esa identidad, del ser Venezolanos.


Desde muy pequeño en mi casa, en el jardín de infancia, en la escuela, todos los días me decían «Simón Bolívar fue el que libertó a Venezuela, es el Libertador, es el Padre de la Patria», y a esto se le sumaba «lo debes respetar y honrar», pero nunca se me dijo «existe un cuadro en específico que es el real, que es el clásico», de allí que lo podíamos dibujar, pintar del color que fuera, y nadie te decía «ese no es el clásico» y es que en todas partes donde llegaras veías una imagen distinta del padre de la Patria, porque de paso sea dicho, nosotros no tenemos padres fundadores, nosotros tenemos Héroes Libertadores Padres de la Patria y el principal es Simón Bolívar.

El hecho sucedido en la sede del Palacio Federal Legislativo o Asamblea Nacional el 06 de enero de 2016 cuando el “presidente de la Asamblea Nacional” Henry Ramos Allup, ordenó sacar los cuadros del ex presidente Hugo Chávez y los cuadros e imágenes del Libertador, creó una real y manifiesta molestia, no solo en el sector de los políticos contrarios o que adversan al citado presidente de la Asamblea Nacional, sino en la gran mayoría de los venezolanos, los cuales no tardaron en salir a expresar su opinión en contra de ese acto, pero sabemos el porqué de su agresión, y es que es conducida directamente contra la imagen digital del Libertador, que es el resultado de un esfuerzo tecnológico y de un grupo de profesionales multidisciplinarios, no solo de venezolanos, sino de franceses, norteamericanos, españoles, entre otros, de allí que reitero, claro sabemos, que como esto es obra de La Revolución Bolivariana, la derecha venezolana, aunque se auto declaran “progresistas”, «y la imagen es producto de estudios científicos, es decir resultado del progreso» sencillamente se oponen por oponerse y ya.

Pero el descaro del funcionario de la derecha, es decir Ramos Allup, fue aún mayor, cuando el día viernes 15 de enero al tomar la palabra después que el Presidente Nicolás Maduro se dirigiera en su «Mensaje anual al pueblo de Venezuela», expresando lo siguiente; «es que nunca vamos a aceptar esa imagen de Bolívar amulatado» y es que en esa expresión de Allup, se resume no solo su forma de pensar, sino la de la mayoría de la derecha burguesa mente colonizada de Venezuela, que aún se siguen creyendo los amos del Valle de la época colonial. 

Discutido ha sido ya por expertos, antropólogos e historiadores, entre otros, el hecho de que en los ancestros de Simón Bolívar hubo un antepasado no caucásico, es decir no blanco, solo para el conocimiento del lector citaré al historiador Gerhard Masur, el cual en su libro, Simón Bolívar (2008, pág. 40) nos narra «un estudio de su fisonomía y ciertas peculiaridades de su carácter, (…) hacen que parezca probable que tuviera una ligera proporción de sangre negra.». Y el autor Tomás Polanco Alcántara, en su libro Simón Bolívar: Ensayo de una interpretación biográfica a través de sus documentos (2009, pág.09) nos agrega: «recibió de los pechos de mujeres negras el alimento primario de la vida. Esas mujeres negras lo cuidaron, atendieron y enseñaron en sus primeros días. No es raro que de ellas recibiera, para su espíritu, esa fantasía, esos “átomos color de rosa” esparcidos en su imaginación infantil». Solo con estas referencias queda evidenciada la polémica de la presencia de ancestros negros en el padre de cinco naciones, pero, este artículo no es para entrar en profundidades sobre este tema en particular. 

Lo que si nos queda claro, es que, para la mayoría del pueblo venezolano, esa imagen del Bolívar «amulatado» sencillamente lo hace más próximo, lo hace menos etéreo, lo hace más humano y por tanto el pueblo venezolano lo siente más cercano, más suyo; de allí que el pueblo se apoderó, y salió en la defensa de ese ser que nos dio identidad como nación, sentido de pertenencia de nuestro país, nuestra cultura y costumbres, nos hizo pertenecer, llenándonos de orgullo patrio al sabernos hijos de una tierra de libertadores, cuna del más grande de los Libertadores, por eso no nos importa que sea la pintura de José Gil de Castro, la de Pedro Pérez, o la imagen digital de Philippe Froesch, sencillamente porque para nosotros Bolívar, bien puede estar dibujado y coloreado por un niño, y allí lo respetaremos, porque para nosotros es más que un cuadro o una imagen, Bolívar es nuestra identidad, es la patria.

VENceremos Nº47, enero 2016

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