Mientras que Europa cae en una crisis financiera profunda, Suramérica resurge de los escombros en que estuvo sumergida desde la conquista. Mientras Europa sufre una crisis económica que mantiene las tasas de desempleo y pobreza en niveles alarmantes, Venezuela crece en revolución, en conciencia, en bienestar social y en dignidad. Esto nos deja bien claro que el capitalismo ha venido destruyendo el planeta, la humanidad, para alimentar la codicia de las élites económicas mundiales que se enriquecen a costa de la explotación de la Madre Tierra y de los desposeídos, que nos cambia nuestra identidad por una etiqueta en medio de una subasta en la que vendemos nuestra fuerza de trabajo al mejor postor. Esta crisis económica europea (Inglaterra, España, Grecia, Italia, Francia, Islandia, etc.) y estadounidense eleva las contradicciones de clase y con ella, afortunadamente, la conciencia de clase que se despliega en oleadas rojas de protestas en contra de los paquetes neoliberales implementados por los gobiernos. Es una realidad en la que estamos inmersos todos y todas. Sólo de nosotros depende su transformación y sobre nuestra conciencia histórica recae la responsabilidad de construir la Patria Grande con la que soñó Bolívar. El que tenga ojos que vea.
Daniela Urdaneta
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